Vivimos en una sociedad que condiciona nuestras formas de pensar y actuar, en lo que respecta a la vida de pareja se nos ha inculcado que en el sexo, todo se debe restringir entre ella y el, todo lo que se salga de esa norma esta “mal visto” , castigado o penalizado, en cambio la historia de la humanidad nos muestra que aquellos que diseñaron esas “normas” eran los primeros en transgredirlas y que además esas normas no tienen ningún fundamento que no vaya más allá del control de sus semejantes.
Cada persona somos un mundo…, con nuestras circunstancias e inquietudes…. Cuando decidimos recorrer parte del camino junto a otra persona, son dos mundos y en cada uno de esos mundos existen diferentes matices y formas de ver y querer vivir la vida…. La clave de la convivencia está en saber conjugar esos dos mundos.
Si nos centramos en la vida sexual de una pareja, en los últimos años, la vida social, amorosa y sexual en una gran parte de las personas hay una apertura de mentalidad, de evolución de los valores del concepto amar y de compartir, de ser generosos con quienes amamos, de explorar inquietudes y experimentar sensaciones y vivencias, de romper con los conceptos establecidos…, la “propiedad” sentimental abre su mente…
Lo que ya se deslumbraba entre los años 60 y 80 con la revolución sexual y el feminismo se ha convertido en una realidad. Hoy día, gracias a Internet y las apps para conocer gente, en teoría es más fácil que nunca, llegar a contactar, relacionarse y llegar a experimentar con quienes piensan y sienten de formar similar con uno mismo… probar nuevos tipos de sexo e incluso atreverse a experimentar distintos tipos de relaciones sentimentales que se salen de esas “normas establecidas”.
Tenemos más información que nunca, lo que nos hace ser más conscientes de cómo amamos y como nos relacionamos.
